"Criaturas oxidadas de una ciudad dormida,
a lado de fantasmas metalúrgicos,
siderúrgicos,
están.
Invisibles por su sombra carcomida,
durmiendo en el letargo,
cruel liturgia,
de demiurgos
del metal.
Bajo excesos de los hierros y sus vigas,
alta extraña, basta entraña, de su forja cirugía,
electrodos empalmados de una ungida alegoría,
sus prebostes estructuras,
que restallan del estaño y la huraña apología
que supura
anacronías
sacrificios al altar
delatando falsaria mitología
por ser dioses cual Vulcano
con sus fraguas
y sus yunques
de aluminio
en vertical.
Bisturís de los designios,
de un insigne cirujano
que ni cura, ni sutura
con su omnia arquitectura
la ciudad.
En su altura
va su rica providencia
y supura con su altiva simetría
y sepulta bajo ella,
sin piedad,
criaturas de la ausencia
por su hierro ego presencia
desoldadas, desoladas, oxidadas
bajo acero de figura, catapulta,
arrojadas
dormirán."
Rezgo Reis
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